El arrepentimiento...

 
Como cualquier criatura, me arrepiento de muchas cosas que podía haber hecho con más perfección. Aunque el sentido de finito, que tiene todo lo creado. Por el hecho de ser obra del Creador, lleva en parte la dimensión de lo perfecto. En cierto modo soy reflejo de Dios. Y, en mi categoría, puedo y debo ser perfecto. Pensar de esta forma me tranquiliza. Creo no haberme salido del contexto de la vida. Se me puede echar en cara centenares de cosas mal hechas. Tengo conciencia de ello, y no me escuece confesarlo en alto.
 
Echando la vista atrás puedo mirarme y verme sin sentir vértigo. Muchos momentos de mi vida están enfangados; pero en ningún momento dejé de luchar, de reconocer y de ponerle pecho a lo hecho. Por eso estoy vivo; porque acato con humildad mi condición de criatura y, por lo mismo, de pecador. No tengo reparo en reconocerme en el pasado: Es mío; soy yo. Esta conciencia de ser una criatura me llevaba a interiorizarme cada día, antes de comenzar a trabajar, para alimentar el alma (memoria, entendimiento y voluntad) e intentar hacer lo mejor posible las cosas.
 
Los valores en mi vida, sustancialmente, no han cambiado. Pueden haber cambiado las formas de mi vida, y de enseñar a vivir. Pero creo que hay una constante en mi camino que me deja, a mis setenta años, en paz.

San Francisco...

PLIEGO ESPIRITUAL CON MOTIVO DEL DÍA DE
SAN FRANCISCO


A LOS AMIGOS DE FRANCISCO DE ASÍS.
CON RESPETO. DESDE LORETO.
Fr. Pacífico

    No quise faltar a la cita en día tan señalado, como lo es el 4 de Octubre para los Amigos de Francisco de Asís. No pienso extenderme en mi aportación. ¿Para qué? La palabra, si breve, dos veces buena. Pues vamos a ser breves en palabras.

    Empiezo haciéndome y haciéndoos una pregunta: ¿El recuerdo de Francisco sigue siendo útil para los jóvenes de del siglo XXI? ¿Les reporta algo positivo? Enumera lo que creas más en consonancia, del mensaje y de la vida de Francisco, con nuestro pensamiento. No andes por las ramas. Vete al grano. Sé sincero.

    Directamente relacionado con nosotros: ¿No es un descaro ostentar el nombre de “Amigos de Francisco” sin que exista una mínima coherencia entre su mensaje y su vida, y nuestros pensamientos y obras?

    Escondernos bajo el común denominador que rige hoy la mente de los hombres, no nos salva del derribo, de la demolición o de la desaparición. Si nos queremos salvar, si queremos salvar a la Asociación AFA, debemos estar alerta, vigilantes y dispuestos para la lucha. No podemos dormirnos en los laureles. No tenemos derecho.

    Fría y personalmente, ¿nos hemos cuestionado el por qué y el para qué de nuestra presencia en la Asociación? ¿Cada cual está satisfecho de lo que hace en ella? ¿Podías hacer algo más? Siendo realista. Enumera lo que creas que podías hacer en beneficio de los demás y sin perjudicar lo que en ti es prioritario. PARA ESTO:

- No inventes a los pobres, para hacer limosna. Porque hacer limosna, salva.

- No trafiques con drogas, para tener que hacer centros de acogida. Porque eso viste.

- No te adueñes de los elementos naturales: El aire, el sol, la tierra, el agua. Para que nadie tenga que acudir a ti a comprarlos

- Hazte pan tierno, aire puro, sol espléndido, tierra fértil, agua sin contaminar; hazte vida.

- Así te sentirás encajado en el esqueleto de la Asociación, y ella podrá seguir siendo cuerpo visible de Francisco.


Intercede, Francisco, al Padre por nosotros. Queremos ser, como tú, instrumentos de paz entre los hombres.  

El hombre del parque...



Sé que me aprecian por mi manera de anclarme en el tiempo. Pasé de ser niño a ser abuelo; de montar en un caballo hecho de un palo, a ser caballo de carga dejándoles subir a todos. También sé que las montañas, sin que ellas se den cuenta, llevan en su interior veneros de agua silenciosa, que sólo la escuchan los que tienen despierto el sentido del ritmo y de lo bello. Si algo he influido, al igual que sucede con la montaña, el mérito no es mío, sino de quien pasó a mi lado, al escuchar y ver, se paró y se quedó a mi vera. Ellos por separado son arroyos que al encontrarse forman río. Al hiño de la pregunta, recuerdo el poema de  Basilio Sánchez, que puede dar luz a mi afirmación: EL HOMBRE DEL PARQUE...

Despacio, día tras día,
caminábamos juntos sin sospechar apenas
que el amor que había en él nos iba dando
un lugar para siempre.

Sentados junto al fuego, 
respirando del aire de las llamas,
su corazón de niño y lo sagrado
que avivaba en sus pliegues su corazón de hombre
inventaban el mundo.

Aquí, en este espacio, hemos estado todos. 
Pero el agua que fluye es solo suya.


¿Existe la felicidad?

Foto Kurdo, creo.

Sí, la felicidad existe. La felicidad nace con la persona, como el cuerpo y como el alma. Es un componente más de nuestro todo. La felicidad, como el alma y como el cuerpo, tiene sus puntos vulnerables por lo que se puede perder. Por ejemplo si no tengo medios para comprar una motocicleta y me domina el deseo de comprarla. Por mi culpa seré infeliz. Cuando domine ese deseo seré feliz. Puedo ser feliz a través de una incursión, o entrado en una iglesia, o subiendo a la cumbre de una cordillera, o contemplando un paisaje, o la placidez de un lago, o el encanto de una puesta de sol.

El papel principal para ser feliz o no me corresponde a mí: Ni la abundancia ni la escasez; ni la salud ni la enfermedad. Cuanto no dependa de uno no debe ser obstáculo para vivir. No esperes disfrutar de la felicidad si en su construcción no entras tú como arquitecto de la misma: Si no eres capaz de crear un cielo a un palmo de tus narices, no esperes el otro.

 
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