Con Francisco me quedo en vosotros...




A la muerte no le tengo miedo. La espero como un apagón de luz que llegó para no ver ni sentir ya nada. Además, con la esperanza de que venga precedida de un día de Sol sin ocaso.


Cuando llame a mi puerta la muerte “no puedo faltar a la cita y me gustaría que me cogiese en casa”. Quiero estar en casa desempeñando el papel que corresponda cumplir esa hora. Quiero ser yo quien abra la puerta. Aunque me cuesta aceptar a la idea de lo finito. Pensándolo bien creo que es la forma más airosa de salir de esta casa, en la que, por su condición de criatura, el tiempo la envejece y la hace inhabitable.


No recuerdo su presencia en los años de mi juventud cuando parece estar lejos de uno. Pero a medida que va pasando el tiempo, no miento si digo que la idea de la muerte ha pasado a ser un elemento familiar en mí. Estoy convencido de que es, en la creación, una regla más del juego, y como tal la debo tomar. Sé que vivo a impulso de una enorme fuerza vital, y que gracias a ella me muevo y hago con gusto lo que se me pone delante. No obstante admito que no siempre estoy entusiasmado con vivir, y sin caer en la desesperación, hay noches en las que, al acostarme, le doy gracias a Dios, si al despertar, apareciese en el Paraíso. Otras noches le pido al mismo Dios, que espere un poco, que aún me quedan cosas por terminar. Como si lo que hago fuese necesario o un tema de muerte o vida.

21 comentarios:

José Manuel Díez dijo...

SIEMPRE TE LLEVAREMOS CON NOSOTROS. LLORO DE AMOR Y DE DOLOR Y DE FELICIDAD. TUS ENSEÑANZAS Y TU FE VIVIRÁN CON NOSOTROS HASTA QUE VOLVAMOS A TI. TUS PALABRAS EN NUESTROS PEORES MOMENTOS...
DESCANSA EN PAZ

Anónimo dijo...

Mi amigo, mi hermano... descansa en paz. Desde tu colina llegarás antes al Paraíso. Estoy seguro.


Un abrazo muy fuerte allí donde estés.

Jose Rivero.

Anónimo dijo...

GRACIAS POR TODO LO QUE HAS HECHO POR NOSOTROS Y POR NUESTROS HIJOS. SIEMPRE TE LLEVAREMOS EN EL CORAZÓN.ES UNA GOZADA PARA MÍ MIRAR TU FOTO CON LA MEDALLA DE LA VIRGEN DE LA MONTAÑA, QUE UN DÍA TE REGALÉ. PIDE POR NOSOTROS DESDE EL CIELO. HAS PASADO POR LA VIDA CON EL LEMA FRANCISCANO "PAZ Y BIEN". HASTA SIEMPRE PACÍFICO.

CONSUELO

Anónimo dijo...

Hasta luego, Pacífico: has sido, eres y serás, en el buen sentido de la palabra, bueno, como decía Machado. Gracias por todo.
Paco Hurtado Sanchez

IAgundez dijo...

QUERIDO AMIGO, SIEMPRE,SIEMPRE ESTARAS CON NOSOTROS. DESPUES DE UN LLANTO SIN CONSUELO SIENTO MUCHA PAZ Y AHORA TE SIENTO MÁS CERCA DE MÍ QUE DÍAS ATRAS.
TU AMOR SE QUEDA CONMIGO PARA SIEMPRE. AHORA HACE UN MOMENTO HE SONREIDO AL RECORDARTE Y SOBRE TODO AL PENSAR QUE YA HAS VISTO EL ROSTRO DE DIOS Y QUE DESCANSAS EN LOS BRAZOS AMOROSOS DE LA VIRGEN MARÍA. !CUANTO TE QUIERO!

Anónimo dijo...

Padre,sigue pendiente de tus hijos, que aquí quedamos.

Tanto me diste,tanto te debo.

Piti

Paco Hurtado Muñoz dijo...

Pacífico, padre, maestro y amigo

Querido Pacífico
Tengo que recordarte como una de las personas que más me ha marcado y de las que más he aprendido. Supiste, como pocos, sacar de cada uno de nosotros lo mejor que había para que a la vez lo pudiéramos darlo a los demás. Por eso es comprensible que tanta gente quiera despedirte, que tantos miles de personas como trataste a lo largo de estos años vean cómo un pedacito de ellos se va también contigo, o, quizás, resurge contigo allá donde quiera que ahora mismo estés.
Sabía desde hace tiempo que tu salud se había deteriorado. No te veía desde que fuimos a verte a Sevilla, allá en tu cumpleaños. Estoy seguro de que te has muerto feliz, aquello del jodido pero contento que algunas veces nos decías.
Me toca hablarte desde aquella gran familia que formaste, que auspiciaste, desde la juventud que algunos ya, al menos cronológicamente, empezamos a adolecer. Tus Amigos de Francisco de Asís, tus jóvenes, tus niños, aquellos a quienes insuflaste esa alegría permanente por hacer todo cuanto se nos propusiera, todo cuanto estuviera en nuestros sueños, en nuestro corazón, en aquella escuela de niños ya no tan niños, de jóvenes siempre jóvenes, de los campamentos de García de Sola, de Pinofranqueado o de Descargamaría
Me toca pensar en tantos y tantos momentos vividos, en lo que ha supuesto de bien tu labor para el desarrollo de generaciones enteras de personas. Me toca pensar en la fuerza que empleabas para plantar tantos árboles, en cómo el pico se te iba, en cómo desde aquellas clases nos metiste el gusanillo, en cómo las misas se convertían en reuniones donde todos éramos igual de importantes, en cómo nos atrevíamos a todo porque lo importante era ser felices y hacer felices a los demás
Me toca pensar en que antes de que murieras recuperamos el Hermano Papel, tu ilusión, tu anhelo, que lo viste diez años después en papel. Me toca pensar en que grabaremos a fuego, esta vez sí aquel cartel que con tu nombre y con tu imagen, hicimos para poner tu nombre a campamento. Me toca pensar en aquellos carteles que tenemos en la sede con la leyenda de la caseta de la feria: “El Pachi”. Porque eras Pachi, el Cura, el Francisco de Asís de la Sierra de Gata como algunos se atrevieron a rotular en los periódicos regionales cuando hace 15 años pusimos la primera piedra de aquella ermita que siempre te tendrá en sus cimientos.
Me toca pensar, finalmente, en que ya no estás. En que ya no tendré que marcar aquel prefijo de Sevilla donde viviste tus últimos años, rodeado de aquellos franciscanos como tú, en quienes te inspiraste y a quienes procuraste que nos fijáramos, dentro de nuestra singularidad y diversidad. Me toca pensar, además, que nos toca brindarte, al menos, este año de trabajo y de esfuerzo que ahora empezamos.
Mañana visitaré el Parque que tienes en Cáceres con tu nombre, tu parque, y lloraré derrame muchas o pocas lágrimas, como seguro que lo están haciendo ahora cientos de personas. Dejemos las lágrimas en una vasija, en lo primero que tengamos a mano, y derramésmolas en Descargamaría, en tu campamento, donde te dejaste tu vida y casi tus huesos. Descansa en paz y con enorme orgullo. Siempre te llevaremos y te tendremos en un lugar preferente de nuestras casas, de nuestros recuerdos, de nuestras vidas.
La fiesta que iniciaste, tu asociación y tu campamento, se enfrenta ahora al mayor de sus retos. No te defraudaremos. Hemos tenido el mejor de los maestros. Y como siempre decías, quien quiera entender, que entienda

Anónimo dijo...

No es irónico que no salgan palabras para despedirse. Serían demasiadas cosas las que quisiera decir. Le recordaré y si mantengo el espíritu que me trasmitió durante años, ambos estaremos contentos.

Un abrazo a todos. En especial, a él.

Anónimo dijo...

Amigo y Maestro:
Tu nos enseñaste a descubriral verdadero Dios y a vivir realmente y con sinceridad una religión. Pero sobre todo nos enseñaste a descubrir a Dios en las cosas más sencillas e insignificantes de la vida, en los humildes, en los enfermos. Pero de la forma más clara en la Naturaleza, ahí sí que descubrimos cada día a Dios; unas veces bravo y poderoso y otras veces en remanso de paz, pero siempre justo y constante.
Por eso cuando vayamos a Descargamaría te descubriremos en cada flor, en cada piedra, en cada olor del monte a jara y a brezo, en cada huella de las correrías nocturnas de los jabalíes. Y cuando el viento que baja de la sierra haga zumbar los pinos en los días de otoño e invierno, sabremos que eres tú que estarás ahí con nosotros, que quieres que cantemos una canción contigo. Por que la música que une a las gentes y alegra el corazón es el mejor testimonio de la presencia de Dios.
Con lágrimas en los ojos y en el corazón ADIOS AMIGO Y MAESTRO.
MARCELO MUÑOZ.

Felipe Sánchez Barba dijo...

Me sumo al dolor de la familia franciscana y de todos los que hoy se sienten inmersos en el dolor.

No tuve la suerte de conocerle, pero es obvio que leyendo sus opiniones y reflexiones te das cuenta rápidamente de su magnitud humana.

¡Qué Dios y San Francisco de Asís le tengan muy cerca y se inunde para siempre la paz y el bien!

Juan Canario dijo...

Pacifico, no puedo pensar que te hemos perdido y por ello te escribo pues de alguna forma te llegará este mensaje: Gracias por todo, en especial por haber vivido para nuestros hijos y suplir las carencias que como padres terrenos teniamos.
Supistes, y acertastes, en encarrilar a nuestros hijos en su tiempo libre. Nuestro agradecimiento, de la madre y mio, será eterno. Isabel Perez y Manolo Hurtado

Anónimo dijo...

Pacífico, que descanses en paz allí donde estés. Siempre estarás en todos y cada uno de nosotros y de nuestros hijos. Has sido un gran ejemplo para todos, siempre has obrado como tu otro yo: "Francisco de Asis".
Gracias por todo y hasta siempre!

Anónimo dijo...

algo se muere en el alma... todo, todo, lo que soy te lo debo a ti, y a ti he encomendado mi vida. Ahora me toca a mi, no? eso decías. Ahora habla tú! y hoy casi me ahoga la angustia. Señor, haz de mi un instrumento de tu paz dijo Francisco. Pacífico, haz de mi un instrumento de tu fe, te dije. He sido, soy y seré tu discípulo y ahora apóstol. Descansa en paz. Y ES MURIENDO COMO SE RESUCITA EN LA VIDA ETERNA. AMEN.

Anónimo dijo...

Lo normal es que un funeral sea triste, doloroso, y más cuando el que muere ha despertado en nosotros sentimientos de gratitud, entrega, libertad, respeto, amor, e infinidad de cosas más, nos gustaría que fuera eterno, pero en el caso de Pacifico, después del impacto de su muerte, su funeral ayer, no fue triste, se respiraba todo aquello que él inculcaba. Él no temía a la muerte, lo había repetido muchas veces, la esperaba y deseaba, aunque los demás no pudieramos ni quiseramos entenderlo.Ayer, inmovil, irreconocible, pero seguro que feliz, y esa felicidad, se percibía en el ambiente; todos estabamos unidos en torno a él, y aunque hubiera lágrimas inevitables, el ambiente era de paz, de mucha paz, por que ya estaba donde quería, junto al PADRE,fiel a la vida que eligió y en la que se gastó, lo entregó todo, y seguro que ahora también lo ha encontrado todo. Por eso dejemosle descansar en paz, contentos y satisfechos de haberle conocido y de que hay estado en nuestras vidas, sobre todo en las de tantos jovenes, a los que ha marcado con su ejemplo y sus enseñanzas. Gracias Pacifico y Hasta siempre.

José María JURADO dijo...

Preguntas para Pacífico

¿Y dime, cómo Es? ¿Lleva un triángulo en la
frente y zapatillas de deporte? ¿O es Su rostro
adusto y oscuro, pero dulce, como un icono mal
lijado en las meriendas de julio? ¿Está Su carne
rota y desmembrada, vacía de carcoma, pero
radiante de luz? ¿Y cómo es el Espíritu, tiene
sabor a menta, trazas de pictolín? ¿Y Ella? ¿Es
una niña de Sevilla o una extremeña lozana?
¿Se parece a tu madre, tiene arrugas de amor?
¿Sigue loco aquel joven de los frescos de Giotto,
cantándole a la Luna, vestido como tú? ¿Es
pontonero o es místico, te has peleado ya con él?
¿Y cómo es el silencio de su amiga del alma,
tan clara y trasparente como el agua que baja
por la Sierra de Gata, y que llora por ti? ¿Qué
dicen los arcángeles, los coros olorosos, de las
locas guitarras que cantan sin descanso y que
buscan a Dios por el monte pelado?
Tú nunca dabas una respuesta suave, pero
sabías decir exacta la pregunta. Ahora que tus
ojos de ardilla vivaracha galopan por las ramas
de los pinos más altos, ahora que tus manos de
niño juguetón abrazan otra vez encinas portentosas
y hay un huerto, una viña y una ermita de luz.
Ahora que tenemos todo el tiempo del mundo
y podemos hablar como siempre hemos hecho,
me pienso aprovechar. Cuenta, dime, Pacífico,
empecemos de nuevo ¿Por qué te llaman Pachi?
Tengo otra vez diez años ¿qué es lo que estás
apuntando en la libreta de hule? ¿Cuándo dices
que sale el autobús? Macuto o similar, lo hablaré
con mis padres. ¿Puedo ir al campamento de
verdad?

Anónimo dijo...

Bueno amigo, creo que la fábrica de caramelos Pictolín, también estará lamentando tu adiós..Hemos pasado mucho tiempo juntos; en clases, en el campamento , escribiendo pra Hermano Papel.. siempre nos hemos reido y nos lo hemos pasado genial, has pasado un frágil velo que hay entre este mundo y donde estás ahora, por eso estoy seguro que volveremos a pasar más tiempo juntos, aunque espero hacer aquí algunós proyectos más.

Sigue siendo como eres.

por último y como siempre me pedias en tus examenes te pondré un chiste:

Entran 2 chicos al aula, y la maestra le dice a uno de ellos:
Alumno, ¿por qué llegó tarde?
Es que estaba soñando que viajaba por todas partes, conocí tantos países, y me desperté un poco tarde.
¿Y usted, alumno?
¡Yo fui al aeropuerto a recibirlo!


bueno amigo...ya nos veremos

Jacobo Pinilla

(lo siento Paco)

Anónimo dijo...

Sabes que te quiero y siempre me acordaré de ti.
Gracias por lo que me enseñastes y por tus voces
Un beso y un abrazo

Anónimo dijo...

Quiero pedirte perdón, por haber dejado de ir al campamento demasiado pronto
por no haberme acercado nunca a Sevilla a verte, por no escribirte una misera carta, por desentenderme de todo,por no enseñarte a mi hija ,por no ir a tu entierro ,por no invitarte a mi boda y por un millón de cosas más.
Ojala hubiera muerto yo, y no tú.
lo siento de verdad, perdoname
Cuida de los mios por favor.

Anónimo dijo...

Me enseñó a plantar un árbol. Me dio mi primera Comunión, y todas y cada una de las que sentí como tales. Inventó historias de miedo para mí, y me asustó de noche acurrucado al borde del camino. De su mano fui a la tierra que más he amado. Por él llamo hermanos a mis mejores amigos, porque le tuvimos a él como padre. Me hacía trampas en el tute. Me llamó gilipollas más de cien veces, y yo a él (aunque con mucha menos razón). Durmió en mi casa. Permitió que le lavara. Besó mis pies. Vio todos mis defectos y una palabra suya bastó para sanarme. De él aprendí la santidad del trabajo, la constancia, la sencillez y la verdad. Escribió siempre en mis cuadernos. Me contó los peores chistes del mundo. Me llamaba en Nochebuena. Alumbró la chispa y esperó pacientemente a que hallara mi manera de creer en Dios. Confió en mí. Bendijo mi unión con sólo una mirada, aún sin aprobar los modos. Me enseñó a plantar un árbol.

Le debo tanto que tendré que construir un cielo para saldar mi deuda.

Y yo soy tan egoísta que no pude evitar llorar por no haber conseguido presentarle a mi hijo. Da igual: ya lo hice esta mañana, bajo la Encina. Escuché su risa gamberra silbando entre las ramas. Cómo le echo de menos.

Anónimo dijo...

http://www.youtube.com/watch?v=dc45he-BmJA

http://www.youtube.com/watch?v=k2yb8OJHllg

Anónimo dijo...

No te has ido ni te irás nunca. Nos nos has dejado ni nos dejarás.
No te olvidamos ni te olvidaremos.

Todo va a seguir igual.

Estás con nosotros y estamos contigo. SIEMPRE.

Pachi, allá en donde te encuentres, muchas gracias por habernos hecho ser mejores personas.

Cuanto te debemos.

Descansa Amigo.

 
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