El Niño Dios ha nacido en Belén ¡Aleluya!
Sólo los pobres y humildes le ven… ¡Aleluya!
Sólo los pobres y humildes le ven… ¡Aleluya!
El Nacimiento del Salvador entraña en mi vida unos sentimientos que me desbordan; que con tal motivo, cada año me ingenio para llegar con mis sentimientos, incluso, a gente que, personalmente, no conozco, pero, como miembro de la sociedad, sé que les debo algo y quiero, con mi felicitación, resarcir mi deuda con ellos. Por ejemplo: Un año me hice con las direcciones de todos los empleados de correos de Cáceres, y a ellos me dirigí. Sorprendentemente, la noche de la Navidad de ese año, más de uno me llamó por teléfono, porque en casa, emocionados con mi mensaje, todos estaban llorando. Me explico, ¿no?
Sobre si a todos les pongo lo mismo. Si los conozco personalmente, no. Cuando me asalta a la memoria una persona querida llega con una exigencia muy particular a la que, sin duda, hay que satisfacer.
Feliz Navidad a todos los seres del mundo con buena voluntad.
Desde la Colina: Pacífico.